Atraviesan tus poros dejándote esa sensación que no olvidas. Puede pasar el tiempo, que tu memoria intente hacer de las suyas... pero
hay libros que permanecen, historias, personajes que toman cuerpo. Su aroma se impregna en cada uno de tus poros,
dejándote una
huella difícil de borrar.
Recuerdo esa agradable sensación la primera vez que la leí. Tengo una predilección especial por todo lo que tenga que ver con libros, librerias y bibliotecas... Pero cuando además hay una historia entrañable de fondo, entonces el motivo para volverla a retomar es sobrado.
Esta lectura, nos invita a adentrarnos en una historia de amistad en la distancia y en el tiempo.
Sí, nos encontramos en 1949, una joven escritora desconocida, amante de los libros antiguos,
desde la cosmopolita ciudad de New York se pone en contacto con una librería de antiguo en el 84 de Charing Cross Road en la abigarrada y formal ciudad de Londres. Por aquel entonces, dedicada a la traducción, su pasión por los libros y la limitación en encontrar los ejemplares que desea, le hace entablar una maravillosa amistad, con los empleados de esta librería. Empleados que almacenan, canalizan, venden y miman un sin fin de libros agotados.
Una colección de cartas en las que te vas adentrando tibiamente, paso a paso... familiarizándote con cada uno de los personajes, como si formaran parte de tu entorno. Como hilos que se van entrelazando, esas cartas inicialmente formales y directas se van tranformando en un generoso intercambio de emociones y vivencias que te atrapan. Veinte años en la vida de unos extraños , con el mar como barrera, y la letra impresa como puente.
Esta lectura me trae gratos recuerdos al pensar, en los
maravillosos lazos que se crean.
No hay distancia que nuble una amistad, ni distancia que apage su luz.
Yo me he sentido con vosotros, como quizás se sintieran estos personajes de esta historia Helene Hanff y Frank Doel. La sensación de cercanía en la distancia. Es poco tiempo el que llevo aquí, pero suficiente para querer siempre volver a vuestras palabras.
Ahora el tiempo no acompaña, pero seguiré aunque sea de vez en cuando asomándome a esta maravillosa puerta, intentando dejaros una fugaz pero siempre intensa mirada.
Miriam, Ramón, My, Ale, Javi, Rafa, Cecilia, Sigrid, Maria, Laura. Os envio un gran abrazo.
P.D: Si os gusta el cine, encontraréis esta obra protagonizada por Anne Bancroft y Anthony Hopkins, en los personajes de Helene Hanff y Frank Doel.