jueves, 31 de julio de 2008

En las orillas del Sar










Del mar azul las transparentes olas
mientras blandas murmuran
sobre la arena, hasta mis pies rodando,
tentadoras me besan y me buscan.


Inquietas lamen de mi planta el borde,
lánzanme airosas su nevada espuma,
y pienso que me llaman, que me atraen
hacia sus salas húmedas.


Más cuando ansiosa quiero
seguirlas por la líquida llanura,
se hunde mi pie en la linfa transparente
y ellas de mí se burlan.
Y huyen abandonándome en la playa
a la terrena, inacabable lucha,
como en las tristes playas de la vida
me abandonó inconstante la fortuna.


Rosalía de Castro, siempre Rosalía.


Hace semanas me traje tus libros a casa. Cuánto daría por verte releyendo estos poemas en el sofá, acompañado quizás por uno de tus discos de vinilo, escuchando esas gaitas penetrar en tus sentidos. Ahora me queda a mí, releerlos por tí. Las lágrimas prenden mis ojos y la congoja aprieta contra mi pecho tan fuerte... que a veces no se puede respirar. Pero no, no quiero llorar.

Mientras releo cada verso, imagino tu mirada serena, firme, cálida, vibrante. Llevando el compás de esas gaitas.

Siempre tu perrecha.

miércoles, 30 de julio de 2008

Fuera del tiempo

Bajo el globo caen los copos.

Ante los ojos de mi memoria, sobre la mesa de la señorita, se materializa la pequeña bola de cristal. Cuando nos habíamos portado bien, se nos permitía darle la vuelta y sostenerla en la palma de la mano hasta que cayera el último copo al pie de la torre Eiffel cromada. Aún no había cumplido siete años y ya sabía que la lenta melopea de las pequeñas partículas algodonosas prefigura lo que siente el corazón durante una gran alegría. La duración se relentiza y se dilata, el ballet se eterniza en la ausencia de obstáculo, y cuando se posa el último copo, sabemos que hemos vivido ese instante fuera del tiempo que es la marca de las grandes iluminaciones. A menudo, de niña me preguntaba si estaría a mi alcance vivir instantes semejantes y hallarme en el corazón del lento y majestuoso ballet de copos, liberada por fin del tedioso frenesí del tiempo.


Esto es lo que siento cada vez que me sumerjo en vuestras palabras, en vuestras voces, en vuestras imágenes.

Cómo dice el texto "Me zambullo en el agua profunda, exquisita y helada del instante fuera del tiempo".

He tomado este pequeño texto del libro la elegancia del erizo de Muriel Barbery, os lo recomiendo. Yo aún estoy en él y me tiene atrapada.

martes, 1 de julio de 2008

Amo tanto la vida

Amo tanto, tanto la vida, que de tí me enamoré,
y ahora espero impaciente ver contigo amanecer.
Si se acaba este milagro, si se consume mi voz,
si me das un último portazo, ¿en qué calle moriré yo?

Estás tan bonita esta noche, te sienta el pelo recogido tan bien.
Pídeme cualquier deseo, poco te puedo ofrecer.
Lloras, gritas, bajo la lluvia, como el ángel Lucifer.
Somos de nuevo herida abierta, mala tierra trágame.

Trágame.

Amo tanto, amo tanto la vida, que de ti me enamoré,
y de amarte tanto, tanto, puede que no te ame bien.
Si yo fuera tu asesino conmigo nunca tendría clemencia,
y me condenaría a muerte, que es condenarme a tu ausencia.

Que no haya mas despedidas, que no eres Ilsa Lazlo ni yo Rick Blaine,
ni yo soy tan idiota, no te dejaría ir con él.
El próximo avión que tomes conmigo lo tendrás que hacer,
y el camino de regreso yo te lo recordaré.

La voz y la palabra de Ismael Serrano.




Cuánto me alegro de haber encontrado en mi camino esta voz maravillosa, este poeta de las emociones, de la palabra cuidada, del amigo. Hace poco que he entrado en este espacio, pero me alegra comprobar que son muchos los que admiran su voz. No me canso de ir descubriendo balcones, puertas, caminos que tienen una mirada tierna puesta en sus canciones. Hoy quería dejar la mía ... recordando aquel agosto en el claustro de un convento en la Isla de la Palma donde escuché por primera vez su voz en directo. Unas horas antes, ahí estaba el escenario, las sillas vacías, la tranquilidad de una voz cálida y una guitarra. Fueron unos minutos... pero que maravilloso tiempo irreal, que se mantiene vivo en mi memoria.